sábado, 17 de marzo de 2007

El cielo se tiñe de uva madura


Gitana, cuánto te quiero, y lo digo con orgullo,
con el orgullo del hombre,
que sembró la tierra dura, y recogió tantas flores.

Duquende. El aroma de tu cuerpo.

Dando un paseo por Valdizarbe con la bici, me encontré esta escena. La pequeña compacta de Canon genera bastante ruido a ISOs medias, y no había trípode, así que he tenido que sacrificar nitidez para evitar la trepidación de un disparo lento. Espero que os guste, yo escuchaba a Duquende en mi cabeza mientras hacía fotos abstraído en mi mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

uhmmmm! Se respira paz entre la fresca brisa.El hombre encierra entre mallas metalicas la naturaleza para exprimirle su sabor de esa uva madurada al sol y acunada por las ramas de la vid.
Dulce sabor que roza los labios y contenta el paladar.